No entiendo que ha pasado, he sido arrastrado a la orilla por una masa pegajosa. Aquí varado, espero a que llegue el día, y agonizar. Me distraigo contemplando un cielo hermoso, salpicado por millones de estrellas. La verdad, no me puedo quejar, he surcado mares, he conocido lo bancos de corales más hermosos, he acompañado a las sirenas. ¡Y cómo no!, he conocido el amor.
Oigo ruido, me estiro un poquito, y veo, lo que me faltaba, hombres. Si mi destino era malo, ahora estoy peor. Quizás si me hago el muerto no me devoren.
Lo más sorprendente es, que estos seres de dos patas se han dedicado a quitarme lo pegajoso y me han devuelto al mar, en una parte aún azul.
Estoy encantado de la vida, me ha dado otra oportunidad, o mejor sería decir esos seres extraños, los humanos, me la han dado.
Dorada
